sábado, 27 de febrero de 2010

De polillas y mariposas

Las mariposas son lindas, vienen de día y son de colores. Las polillas son feas, vienen a la noche y son marrones o grises, hechas de tierrita y feas. No me di cuenta y lo puse dos veces. Se ve que inconscientemente quiero que quede BIEN claro.
Es así. El término "mariposa de noche" es un invento de la gente para apaciguar a aquellos a los que les tenemos miedo al insecto cuya inicial es la "p". Ni quiero nombrarlo, porque temo que regrese a acecharme. Una amiga dice que pican. Otra, dice que duran un día nomás. Es un gran misterio el de estos seres, y no me vengan con wikipedia ni qué se cuanto para que me solucione el misterio que a mí me gusta fabular un poco.
El día jueves, fui a despejar mi mente al gimnasio, para hacer tae bo. A diez minutos de la clase, ahí se acerca "eso". No era de esas estúpidas y torpes polillas que se te posan en la ropa, o se te quieren meter en el ojo (No me jodan, esto sí es verdad. Vienen volando y se posan ahí en el lagrimal, qué pretenden??? Quieren sacarnos los ojos!! SON ASESINOS...). No. Tenía cuerpo de gusano, pero marrón, pero no de una lombricita come tierra. Vieron esas orugas verdes que encontrás de casualidad en la vereda o en tu patio? Y decís "uachi, mirá qué bicho tan raro. Uuuh. Es re feo!"? Bueno, así de grande era su cuerpo. Imaginen sus alas. Ya no era una polilla. Era una mutación (atrápenlooooo (como en la peli)). Un engendro mezcla de polilla y paloma. Así de grande era. Por suerte iba lento, sino, podía ser confundido con un gorrión. Debía ser del tamaño del mouse que tenés ahora en la mano derecha. Ojo, no seas vivo/a. Si tenés notebook y tu mouse es miniatura, no. Yo creo que el insecto/ave algo quería con algún humano. No quise averiguarlo y huí de la situación. O sea, corrí para evitar cruzarme con eso. Escapé del "salón de usos múltiples" y le pedí al tipo que está en el mostrador que lo mate. Pero se reía. Era todo muy serio, pero él no se daba cuenta. Mi vida corría peligro y nadie hacía nada para evitarlo. Yo creo que, si me quedaba sola con él, hoy no estaría contando esto. O sí, pero sin un ojo, por ejemplo.
La cuestión es que el hijo de puta se posó en la pared y ahí quedó. Obviamente, cuando volví al salón, cada dos piñas yo me daba vuelta y lo miraba, para ver si se movía o qué.
Terminó la clase y le dije al profe "qué mal profe sos! Casi muero por rehusarte a buscar una una gomera, o varios pares de zapatillas y asesinar a esa polilla!" A lo que una mina que estaba ahí, (charlando con el profe sobre si usar faja alrededor de la cintura iba a disolver, mágicamente, esos kilitos de más) contestó muy sonriente con un "era una mariposa..."
A mí dejame de joder... no podés confundir una mariposa con una polilla gigante asesina comeojos.