sábado, 12 de abril de 2014

La gente

A veces la gente me resulta predecible. Si llueve, ponen en Facebook "che, cómo llueve, no se olviden el paraguasca!! Yo me lo olvidé en la repiJa..." Si hay viento "pongalé suficiente cemento al peluquín, caballero! A ver si se le vuelan las ideas" Cuando hace mucho calor "qué calor, viejo! No les creo a los que me dicen que AMAN el verano... 45 de térmica! Dejame de joder..." Si hay algún evento que nos compete a casi todos los argentinos "qué día raro! No hay bondis, ni trenes... pero no me importa, soy feliz igual, les dejo este videíto de Juan Carlos Vives... temón!!!" Y entre pitos y flautas, les comento que tengo una mascota nueva. Es un perro, hembra, cachorro. Duró más de 24 horas, lo cual es casi un récord. El primer perro que tuvimos, duró como una semana. Todavía no tenía nombre. Oscilaba entre Chester, Batán, y no me acuerdo qué más. Era un poco asesino, a decir verdad. El único domingo que vivió acá lo sacamos a pasear, y no le temió a nadie de su especie, hasta se le plantó a una jauría de tres perros. Perseguía gatos con el objetivo de matarlos (lo vi en su mirada, lo sé... su instinto era asesino en verdad). De hecho, antes de mudarnos persiguió a la gata de mi hermano, y casi le destruye el tendón. La pobre gatita se convirtió en lámpara unos días, pobrecita.
La cuestión es que el perro decidió dar un paseo por su cuenta y nunca más volvió. Debe estar en un mejor lugar. O flotando en el famoso "zanjón" que divide el Barrio Parque Suhr Horeis del Barrio Libertador. Volviendo a la gente, yo creo que si se guían por mis comentarios en Facebook, deben creer que lo único que hago de mi vida es jugar al Candy Crush, no tengo vida social (porque casi nunca hay fotos de gente, pareja, amigos, etc.), no tengo familia (porque casi no tengo fotos con mis hermanos, o mi vieja, ponele) y que lo único que bebo es alcohol (creo que sólo en una foto salgo tomando mate). Mañana voy a visitar a mi abuelita. Les juro que es verdad, por más que no ponga fotito en feis, eh.

miércoles, 9 de abril de 2014

Acto público

Hoy fui a mi primer acto público. Entre la sensación de inseguridad que me genera San Martín y los nervios de ir a hacer algo por primera vez no tuve mejor idea que ponerme a hablar con una señora sobre la convivencia, los hijos, los padres, los noviazgos y demás. Entré al salón de actos y sentí que estaba por rendir examen. Miraba a mis colegas pero yo veía circulitos rojos, como la mira de un francotirador, porque en realidad son mis enemigos, que posiblemente como ratas se abalancen sobre el cargo que quería YO. Que el puntaje, que ítem 5, ítem 4, quién está en el listado oficial, este cargo es provisional, presten atención, somos docentes, todavía no nombramos a primaria, por favor. No entendía nada por momentos. Me sentía en un remolino de gente que no entendía un carajo, pero que, además, tampoco prestaba atención. En un momento se me ocurrió aclarar "hola, soy nueva en esto, ¿me dan trabajo? soy pobre pero honrada... ah! y tengo título" Ahí se me abrieron las puertas... las puertas de salida, porque no sirvió ni pa mierda el título. Vino un carancho y se llevó mi presa, MI cargo, porque el carancho, además de título, tenía ventajas como ser vieja, digo, tener antigüedad y experiencia. El otro cargo que quería "no salió porque es creación". Ah, o sea que cuando uno crea algo, en realidad, a veces no sale... no sé, yo creo cosas todo el tiempo y salen. Hoy creé unas verduras salteadas y salieron por mis intestinos. Pero se ve que con el trabajo no es lo mismo. Tendré mejor suerte la próxima vez, seguramente.