jueves, 3 de septiembre de 2015

Leche en polvo

Las cosas se pueden contar de varias maneras. Esta es la más cercana a la realidad:
Le pedí a la señora dueña que compre leche en polvo, porque no había más. Me hice la cabeza un rato largo, pensando en cómo decírselo. Tenía una lista mental de distintas frases, que oscilan desde:
- Che, vieja amarreta, comprate una leche en polvo.
- Uuuuuh se acabó la leche en polvo!! Con lo que me gusta!! Sería tan feliz si usted me comprara un poco!!
- Señora, ¿vio que se terminó la leche en polvo?
- No hay leche en polvo. ¿Compro y después me das la plata?
- Hola, ¿cómo andás? ¿Todo bien? ¿La familia? NO HAY LECHE EN POLVO, VISTE?

En fin, opté por decirle lo siguiente:
- Señora dueña, yo creí que trabajaba en un lugar perfecto, pero encontré un defecto...
- Ah, sí? (sonriendo)
- Sí... no hay leche en polvo!!
- Aaah, es que no compré más! Porque ahora que hay máquina de café, no compré más frasquito de café ni leche en polvo
- Aaaah, lo que pasa es que yo le pongo al mate cocido!
- Bueno, ahora compro entonces!
- Dale, buenísimo...
- ¿Es el único defecto que tenemos?
- El único, sí.
- Ay, qué suerte!!

Y volví al aula a trabajar...
Esta situación se la conté a dos personas. Una me dijo "Ay, eso se llama usar la inteligencia." Y la otra me dijo "Y le dijiste que es el único defecto que tienen? Pero no es ese el lugar en el que trabajás en negro, y no te pagan vacaciones? NO ES EL ÚNICO DEFECTO QUE TIENEN! CÓMO LES VAS A DECIR QUE ES EL ÚNICO?"

En fin, empiezo por la leche en polvo, luego reclamo aumento, posteriormente pediré edulcorante, vacaciones pagas, aguinaldo... o renuncio y listo, que es más fácil!