martes, 8 de noviembre de 2011

Diálogos internos

Últimamente tengo diálogos internos... o comentarios en voz alta que debería o solía decir en voz baja. Algunos de ellos son:
- Dale, pelotuda (cuando no me sale algo, como tipear una palabra mal unas tres veces)
- La re concha de su madre (cuando levanto el brazo y el 41 no paró... me pasó el otro día, yendo al trabajo)
- Seguramente es re temprano y yo por mi miedo a quedarme dormida ya me desperté. ¿Viste? Tenía razón. Son las 5. Al pedo te despertás a esta hora. (Nótese que cambio de persona. A veces soy ella, a veces soy yo... otras, vos)
- Uuuuuuuuh daleeeeeeeeee (por motivos varios, como querer pensar en súper reflexiones para promocionar una materia y no poder)
Y ésta fue diferente.... me pasó recién, por eso volví al blog. Además, me di cuenta que la entrada anterior trataba de un ser horrendo, la polilla, lo cual está estrechamente relacionado con el comentario que hice en soledad hace un ratito. El segundo engendro más odiado por la que suscribe es la cucaracha. Si tuviera que medirlas con un horrendómetro, estarían ahí, peleando a ver quien gana. Y eso que yo no soy de tenerle asco a las cosas. Todo bien con los pedos, los eructos y los hombres que usan slip combinado con medias (cosa de por sí asquerosa y cero sexy). Pero las cucarachas y las polillas están a otro nivel.
Intentando un té con leche (la cual estaba cortada, evento ocurrido por segunda vez en dos días, con dos saché distintos...), apareció este intruso a la cocina. Salió de no sé dónde, pero empezó a trepar por la ventana. No se me ocurrió mejor idea que decirle.
- Ay, pero qué hija de puta, de dónde mierda saliste... hija de puta... encima mirate! Fea... sucia... tenés telas de araña, horrenda... inmunda...
Ahí llegué hasta darme cuenta que estaba sola, descalza e insultando a una cucaracha en voz alta. Luego de entender que lo que hacía era una pelotudez, procedía a mirarla. No la maté con la mirada o algo así, pero para mí que se ofendió, porque así despacito como andaba, se fue por la ventana.

1 comentario:

  1. Quiero que sepas que no me suelo reir con ningun blog, pero con el tuyo si. Con ruido y aledaños.

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