miércoles, 9 de abril de 2014

Acto público

Hoy fui a mi primer acto público. Entre la sensación de inseguridad que me genera San Martín y los nervios de ir a hacer algo por primera vez no tuve mejor idea que ponerme a hablar con una señora sobre la convivencia, los hijos, los padres, los noviazgos y demás. Entré al salón de actos y sentí que estaba por rendir examen. Miraba a mis colegas pero yo veía circulitos rojos, como la mira de un francotirador, porque en realidad son mis enemigos, que posiblemente como ratas se abalancen sobre el cargo que quería YO. Que el puntaje, que ítem 5, ítem 4, quién está en el listado oficial, este cargo es provisional, presten atención, somos docentes, todavía no nombramos a primaria, por favor. No entendía nada por momentos. Me sentía en un remolino de gente que no entendía un carajo, pero que, además, tampoco prestaba atención. En un momento se me ocurrió aclarar "hola, soy nueva en esto, ¿me dan trabajo? soy pobre pero honrada... ah! y tengo título" Ahí se me abrieron las puertas... las puertas de salida, porque no sirvió ni pa mierda el título. Vino un carancho y se llevó mi presa, MI cargo, porque el carancho, además de título, tenía ventajas como ser vieja, digo, tener antigüedad y experiencia. El otro cargo que quería "no salió porque es creación". Ah, o sea que cuando uno crea algo, en realidad, a veces no sale... no sé, yo creo cosas todo el tiempo y salen. Hoy creé unas verduras salteadas y salieron por mis intestinos. Pero se ve que con el trabajo no es lo mismo. Tendré mejor suerte la próxima vez, seguramente.

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