sábado, 26 de septiembre de 2020

Bombilla

 ¿Qué onda con las bombillas? ¿Se tiran como los cepillos de dientes de vez en cuando? ¿Cuándo es el "vez" y cuando es el "cuando"? ¿Se tapan porque absorben las malas vibras de quien las usa? ¿Entonces nos castigan diciendo "¿ah, andás con mala vibra? ¡¡Así no, eh!! ¡Mira cómo me tapo y no tomás más mates en paz! ¡Aaaaah! ¡¡Ahí me tapé!! Ahora dejá de enojarte con los de la compañía telefónica que no te trajeron el chip y enojate conmigo, dale." Y así piensa la bombilla y, entonces, se tapa. Tengo varias anécdotas de bombillas. Una vez me junté con una amiga a tirar un mantelito y vender sus artesanías. Creo que no vendimos una mierda, pero fue hermoso juntarnos a tomar mate al sol. Pasó un tipo a charlar un rato y se sentó con nosotras. Tomó mate hasta que se terminó el agua y se fue. Un forro interesado. Ni siquiera nos compró una pulserita, nada... En fin... Cuando volvemos a casa le comento a mi madre lo sucedido. Muy asustada me preguntó cómo era el señor, como se llamaba, donde vivía y su DNI. Como yo no sabía nada de eso mi madre llegó a la conclusión de que se trataba de un malhechor. Un malviviente sucio, lleno de virus y bacterias que habitaban en su boca y, por ende, en la bombilla. Me obligó a tirarla a la basura y le hice caso con mucho miedo. Miedo a haber contraído una enfermedad, miedo a que el posiblemente delincuente me haya seguido y ahora sabe a dónde vivo... 

Y miren si en realidad fui yo la que desparramó este coronavirus ... Bueno, si es así, pido mil disculpas. Fue sin querer. Sólo quería tomar mate.

No hay comentarios:

Publicar un comentario