jueves, 24 de octubre de 2013

Problemas alimenticios

Recuerdo otra situación de confusión alimenticia. Y ahí sí que no puedo justificarme con la poca iluminación o el alcohol. Sólo puedo adjudicar la siguiente equivocación a la pelotudez. O sea, tengo que dejar de mentirme a mí misma y admitir que fui, soy y seré pelotuda en determinadas ocasiones. Esta vez, quise hacer (con la ayuda de una amiga, en su casa) una rica ensalada para acompañar no recuerdo qué. Agarramos el tomate, lo cortamos. La lechuga, la cortamos. Pusimos todo en una ensaladera, condimentamos con aceite, vinagre y sal. Probamos a ver qué faltaba. Algo estaba raro. Será el vinagre, quizás, estaría vencido... pero no... la sal!! Capaz le pusimos azúcar sin darnos cuenta... tampoco... el tomate? Seguro fue comprado en el supermercado, siempre te cagan con las ofertas... uno entra como un caballo y se compra dos kilos de tomate al precio de uno y son todos tomates horribles... pero no era el tomate tampoco... tuvo que acercarse el hermano de mi amiga a decir: (hermano menor, vale aclarar... nosotras teníamos 16 años) chicas... esto no es lechuga... es acelga!!!
Así que la próxima vez que me vean hacer o decir una pelotudez no piensen "uh, esta mina siempre se pone en pedo y habla/dice huevadas." No. No me juzguen. Recuerden que fui, soy y seré pelotuda!! "Pelotudo es quien hace pelotudeces" decía Forest Gump. Y creo que tiene razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario