sábado, 21 de diciembre de 2013

Albañilería

Una vez fui peón de albañil. Mi papá era el albañil y me hacía poner 4 baldes de arena en el trompito (palabras que aprendés haciendo esa labor), 2 de cal y 1 de cemento. Bah, no me acuerdo si era así la proporción, pero ponele que sí, total no viene al caso. Después tenía que prolijar (siempre dije EMprolijar, pero parece que no se dice así) con la mezcla la unión de los ladrillos. Así iba yo, yendo de acá para allá, haciendo cosas por orden del capataz (o sea papá). En un momento mi abuela, que debía de estar horrorizada porque la pobre nieta estaba haciendo cosas de hombres, se acercó y me dijo "Vos no tenés que hacer esas cosas... no podés hacer fuerza... te puede agarrar un prolapso." Seguí un ratito más con mi vida de obrera y le dije a mi viejo "Pá, ¿qué es un prolapso?" y me contestó "Cuando se te cae la concha."
 http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001508.htm
Parece ser que mi viejo tenía razón.
Toda esta anécdota para contarles que estamos construyendo un primer piso y la casa es un quilombo :) Por suerte ahora sólo tuve que comprar carbón para que los hombres hagan una bondiolita.

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